Escrito por Nicolle Espinoza
Editado por Emily Saavedra
¿Sabes cómo va el envejecimiento demográfico en el Perú?
Veamos un análisis de este gran reto...
El concepto de vejez se entiende como período de la vida y como parte del proceso mismo de envejecimiento, que ocurre en un sujeto particular y único [1]. El concepto de envejecimiento es la pérdida de la capacidad del organismo a adaptarse al medio ambiente, además comprende un amplio conjunto de procesos biológicos, psicológicos y sociales relacionados con la vida después de la edad madura, incluyendo aspectos positivos y negativos [2]. Muchas veces el envejecimiento y la vejez se utilizan como sinónimos. Sin embargo, se trata de términos bien diferenciados. La vejez es la última fase del proceso de envejecimiento.
Introducción
Según el Organismo de Naciones Unidas (ONU), reconoce a la población adulta mayor (PAM) como todas aquellas personas que tengan 60 o más años de edad. El Organismo Mundial de la Salud (OMS) señala que, entre los años 2020 y 2030, la población de personas adultas mayores aumentará alrededor del mundo. Actualmente, las cifras señalan que este grupo de personas no supera a la población de personas menores de cinco años. Sin embargo, la OMS proyecta que, para el año 2050, el número de personas de 60 años o más será superior al de adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años de edad. Adicionalmente, para ese año, cerca del 65% de las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos.
La esperanza de vida de América Latina y El Caribe durante los años de 1960 al 2019 ha tenido una tendencia positiva, pasando de 56 años a 75 años [3]. Además, es importante señalar que la esperanza de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres en diferentes regiones. Por ejemplo, en América del Sur es 80 años para las mujeres, mientras que para los hombres solo 73 años [4]. En el Perú, la situación no es diferente, pues el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) lo confirma y señala que la esperanza de vida al nacer en el quinquenio 2020-2025 será de 79.8 años para las mujeres y 74.5 años para los hombres, es decir, 5,3 años menos. Por lo tanto, la tasa de crecimiento del envejecimiento de la población es mucho más rápida, de tal forma que los países se enfrentarán a importantes retos para garantizar sistemas integrados de diferentes servicios y, con ello, enfrentar dicho cambio demográfico.
Los problemas que atraviesan los adultos mayores son diferentes a los problemas que enfrentan los otros grupos de edad. Estos principales problemas están relacionados a los deficientes sistemas de servicios de salud física y mental, y pensiones. Además, están expuestos a la vulneración del derecho al buen trato, discriminación por su edad, y exclusión de espacios de participación social y productiva.
La PAM en el Perú
En el Perú existe un marco legal que protege a la Población Adulta Mayor (PAM). En la Ley de las Personas Adultas Mayores (Ley Nº 28803) [5], publicada en el año 2011, se establecen diferentes derechos otorgados a este grupo de población basados en igualdad, apoyo en diferentes servicios, acceso y participación a programas y servicios sociales (educación, salud, actividades recreativas y otros), no discriminación y sensibilidad. Además, dicha ley encarga al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES) promover, a través de la Dirección de Personas Adultas Mayores, la creación de Centros Integrales de Atención al Adulto Mayor (CIAM). Los CIAM se encuentran ubicados en las municipalidades provinciales y distritales y tienen como objetivo otorgar la posibilidad de reunir a todas aquellas personas adultas mayores que voluntariamente decidan inscribirse y participar en sus programas.
En el año 2020, la Dirección de Investigación Socio Económico Laboral (DISEL) evaluó la Población Económicamente Activa (PEA) de Lima Metropolitana al IV Trimestre de 2021. Los resultados indicaron que el 8.9% de la PEA estaba conformada por la población adulta mayor (PAM). Además, se identificó que la participación de hombres adultos mayores es superior a la participación de mujeres, 59.4% y 40.6% respectivamente. La categoría ocupacional de los adultos mayores se concentra en independientes (50.0%) y la actividad económica con mayor participación es la de servicios (53.5%).
Según el Informe Técnico de la Situación de la Población Adulta Mayor Nº4 [6], la proporción de la población adulta mayor es 13.0% para el año 2021. Los hogares del área rural con un/a adulto/a mayor registran el 40.6%, mientras que los hogares del área urbano sólo el 36.2% tienen a una persona de este grupo etario. Cabe señalar que la jefatura del hogar es una característica muy importante y, en el caso que los hogares estén al mando de personas adultas mayores, la cifra para el año 2021 fue 24.8%. Según sexo, la situación es muy contrastada, ya que la jefatura recae más en las mujeres que en los hombres, 27.5% y 23.4% respectivamente. Según área de residencia, en el área rural se acentúa la situación, ya que llega al 27.6% si una persona adulta mayor es el jefe de hogar, alcanzando las mujeres una mayor carga (36.9%). El nivel educativo donde se concentra la PAM es en el nivel de educación primaria, alcanzando el 38.3%; asimismo, las adultas mayores con este nivel educativo es de 38.7% —acentuándose en el área rural—.
En el año 2013, en el Perú se estableció el Plan Nacional de Personas Adultas Mayores PLANPAM 2013-2017 [7], con el fin de formularse como servicio público descentralizado, con un enfoque de planificación por resultados para poder medir la mejora de la calidad de vida de este grupo etario. Dicho plan se estableció bajo cuatro lineamientos: (i) envejecimiento saludable; (ii) empleo, previsión y seguridad social; (iii) participación e integración social; (iv) educación, conciencia y cultura sobre el envejecimiento y la vejez. Las principales acciones que se buscaban con este plan eran otorgar a la PAM documento de identidad, alcanzar una cobertura alfabetización, seguro social de salud, pensión, disminuir la pobreza, participación en los CIAM, y participación en los presupuestos participativos y planes de desarrollo de los gobiernos regionales y locales.
Conclusiones y recomendaciones
- La población adulta mayor (PAM) debe tener acceso a un adecuado sistema de salud con la capacidad de atender las necesidades de este grupo etario, ya que muchas personas esperan llegar a la etapa de vejez para descansar y disfrutar del mayor bienestar posible.
- Los hacedores de política pública deben promover intervenciones para aumentar la cobertura del sistema previsional y, de esta forma, garantizar la estabilidad económica de la PAM.
- El problema del sistema de pensiones no solo se resuelve con un aumento de cobertura, sino que además se requieren mejoras que resulten en pensiones más altas que faciliten la vida de la PAM.
- Además, ser parte de la PAM no debe ser motivo de discriminación o exclusión alguna, ni por parte de la población civil ni del Estado.
- Como todo ser humano en cualquier otra etapa de vida, los/as ancianos/as necesitan de convivencia y acompañamiento. Desde sus espacios y posibilidades físicas, pueden y deben mantener un rol activo, tanto para su bienestar individual, como para el bienestar social en general. La adecuada calidad de vida involucra permitir, desarrollar y continuar con actividades cotidianas al alcance de sus capacidades.
- Según lo señalado por el INEI, la PAM en el Perú tenderá a tener una tasa de crecimiento mayor en los próximos años, lo cual motiva al Estado a tener un plan que asegure el pleno desarrollo de una adecuada calidad de vida.
- La participación de la PAM en la PEA es activa y se concentra en diferentes actividades económicas, especialmente en servicios. Por lo tanto, es fundamental que el mercado laboral demuestre flexibilidad y adaptación para permitir la continuidad de la participación de este grupo etario en determinadas actividades.
- Esta última condición debería ser supervisada por el Estado, desde una posición reguladora, permitiendo el aprovechamiento de capital humano experimentado y velando por el bienestar de este grupo etario. El marco legal deberá ser desarrollado ampliamente, donde se permita y asegure a la PAM su protección, salud, cuidado y bienestar.
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