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(In)Visibilidad estadística de la población LGBTQ+ en América Latina


Equipo de Investigaciones

  1. Introducción

Las políticas públicas son una serie de acciones que se ponen en marcha en respuesta a un problema público. Los datos son una buena herramienta para detectar estos problemas y descubrir sus causas y consecuencias. Sin datos de alta calidad, ¿cómo podríamos descubrir las problemáticas que afectan a grupos minoritarios de la población y detectar posibles desigualdades? Este es el caso de la población LGBTQ+ en la región de América Latina, donde existe una gran invisibilidad de este grupo en las colecciones estadísticas gubernamentales. De contar con esta información, podríamos observar de cerca las dificultades que enfrentan este grupo poblacional en cuanto a inclusión social y económica, en sus respectivos países o contextos; y así poder diseñar políticas públicas basadas en evidencia que contribuyan de manera efectiva a acortar posibles brechas.

Esto último cobra relevancia desde una óptica económica, dado que la exclusión social de la población LGBTQ+ puede tener efectos negativos sobre el nivel de desarrollo económico de un país. Estos costes a la economía pueden reflejarse en pérdidas de horas trabajadas, baja productividad, subinversión en capital humano y una asignación ineficiente de recursos humanos debido a la discriminación en educación y en prácticas de contrato (Badgett et al., 2014). La evidencia para países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD, por sus siglas en inglés) revela que las personas LGBTQ+ obtienen peores resultados  en su vida familiar, educación, mercado laboral y salud, en particular debido a la discriminación (Valfort, 2017). En concreto, para encontrar posibles brechas económicas, esta evidencia se sostiene en sólo unas pocas encuestas de población que recogen información directa sobre la condición de minoría sexual y de género, y en otras encuestas que miden la condición LGBTI de forma indirecta, es decir, basándose en el sexo de la pareja del encuestado, lo cual genera un conjunto de sesgos adicionales en los resultados (Valfort, 2017).

En la región latinoamericana, la situación legal de esta población es diversa: Perú, junto a Belice, Bolivia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Nicaragua, Paraguay y Honduras, no tienen una figura legal para enlaces entre personas del mismo sexo; sin embargo, algunos de estos países han incorporado parcialmente una protección jurídica contra la discriminación basada en la orientación sexual, como Perú, Cuba, Brasil, Bolivia, Chile, Argentina, entre otros [1]. Y, en cuanto a presencia en datos estadísticos, la situación es aún más incipiente: la práctica de incluir preguntas sobre orientación sexual e identidad de género en encuestas representativas es muy poco frecuente. Si bien países como Brasil, México, Argentina y Uruguay han realizado esfuerzos para la recolección de datos incluyendo preguntas sobre parejas del mismo sexo en censos nacionales, encuestas de hogares representativas y encuestas online, estas iniciativas enfrentan varias limitaciones. Por ejemplo, en los censos se subestimaría la cantidad de población LGBTQ+ si solo se contabiliza a las personas en pareja del mismo sexo, ya que esto excluiría a las personas LGBTQ+ sin pareja o con parejas de diferente sexo.

En el presente documento se describe la situación de la población LGBTQ+ en cuanto a su visibilidad en las recopilaciones estadísticas en los países de América Latina. La siguiente sección detalla las fuentes de datos con las que cuentan ciertos países de la región que han realizado avances en la contabilidad de esta población. La última sección contiene una revisión de la evidencia económica reciente que se ha venido produciendo con fuentes de datos que permiten reconocer, cuantificar y medir a la población LGBTQ+.

  1. Situación de la medición estadística de la población LGBTQ+ en América Latina 

Recientemente los departamentos estadísticos de algunos países de la región han realizado encuestas de tipo no probabilístico sobre la caracterización de la población LGBTQ+, y otros han incluido preguntas en encuestas de hogares de tipo probabilístico sobre la identificación de esta población y temas de discriminación. Es importante hacer esta distinción porque con las encuestas que provienen de un muestreo de tipo probabilístico se pueden hacer inferencias sobre el total de la población a partir de la muestra, sin embargo, en un muestreo del tipo no probabilístico solo se puede hacer inferencia sobre los elementos estudiados, esto es, sobre la población investigada (Pimienta, 2000).

Dentro del primer grupo de encuestas se encuentran los ejemplos de México, Chile y Brasil. En México, la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) cuenta con cuatro ediciones, comenzando a ser recopilada en 2005, luego en 2010, 2017 y 2022, siendo esta última su más reciente edición; y tiene como objetivo conocer actitudes, prejuicios, percepciones y experiencias discriminatorias en México. En este proyecto estadístico participan el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). Desde la primera edición se incluyeron preguntas sobre percepciones de discriminación pero en esa edición solamente se preguntó sobre las personas homosexuales; en 2010 se extiende la categorización hacia lesbianas y personas bisexuales. A partir del 2017 la recopilación de información se extiende la opción de otras orientación además de las del 2010, y personas trans [2]

En el caso de Chile, la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) es la principal encuesta de hogares de ese país, está a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, y tiene por objetivo conocer periódicamente la situación socioeconómica de la población. Desde 2015 se comenzó a incluir preguntas sobre orientación sexual e identidad de género. Ambas preguntas son realizadas de modo anónimo y confidencial a personas mayores de 18 años. A diferencia de las restantes preguntas del cuestionario de Casen, estas preguntas son respondidas de manera individual y directa sólo por personas que se encuentran presentes en el momento de aplicación de la Encuesta y se emplea un factor de expansión específico, que permite ponderar las respuestas de la población encuestada según la probabilidad de estar presente al momento de la entrevista. Además, se incluye una pregunta que busca identificar a hogares que declaran que alguno de sus miembros fue afectado por una situación de discriminación o trato injusto fuera del ámbito del hogar en los últimos 12 meses. Dicha pregunta permite especificar el o los motivos que, a juicio del integrante que responde la encuesta, condujeron a dicha situación de discriminación o trato injusto, incluyendo explícitamente entre las alternativas el haber sido discriminado o tratado injustamente debido a “su orientación sexual o identidad de género”.

En Brasil, para el año 2019, se incluyeron por primera vez preguntas sobre orientación sexual dirigidas a personas mayores de 18 años, en uno de los módulos de la Encuesta Nacional de Salud llevada a cabo en un esfuerzo compartido desde 2013 entre el Instituto Basileño de Geografía y Estadística (IBGE) y el Ministerio de Salud. Sin embargo, el IBGE considera que las estadísticas de resultados de estas preguntas son aún experimentales y que los datos recopilados sobre la orientación sexual de las personas se encuentran bajo evaluación, pues las preguntas todavía no habían alcanzado un nivel completo de madurez en cuanto a cobertura y metodología. En esta misma línea, en el Censo Poblacional de 2022 (que se da cada diez años) se esperaba incluir preguntas sobre orientación sexual e identidad de género, sin embargo, el IBGE solicitó a la Corte Regional Federal de la Primera Región suspender la inclusión de estas preguntas argumentando que, para incluirlas, se debía posponer nuevamente el despliegue del censo que ya se había pospuesto desde el 2020 por motivos presupuestales, además de tener que contratar personal adicional. La decisión de la Corte falló a favor del IBGE y estas preguntas no fueron incluidas [3].

En el segundo grupo de cuestionarios se encuentra la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG) 2018 de México que se desarrolló en conjunto del CONAPRED y la CNDH, y tiene como objetivo conocer las condiciones de discriminación y de violencia que enfrentan las personas con orientaciones sexuales no heterosexuales o identidades de género no cisgénero. La encuesta se podía completar en línea y fue dirigida a personas mayores de 16 años residentes en el territorio mexicano que se autoidentifican como gays, lesbianas, bisexuales, y de otras orientaciones sexuales o identidades de género no heterosexuales y no cisgénero [4]. Dado que la ENDOSIG 2018 no es una encuesta probabilística, los resultados solo representan a las personas que contesten la encuesta y no se podrán generalizar a toda la población de la diversidad sexual y de género en México, cuyo universo es aún desconocido.

Similar fue el caso de Perú donde, a través del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se llevó a cabo la Primera Encuesta Virtual para personas LGBTI, realizada en 2017. Dado que no se disponía de información sobre este grupo de población para realizar un diseño muestral probabilístico, la encuesta fue de carácter exploratorio, mas no probabilístico. La encuesta abordó temas generales como Educación, Salud, Empleo, Vivienda, Etnicidad y Discapacidad. Sin embargo, se focalizó en temas más específicos y de interés para esta población: problemas de violencia y discriminación que las/os afectan en el ámbito familiar, laboral, académico, social, etc. 

2.1 Recomendaciones en la recopilación de información

Como se ha visto, los esfuerzos de los institutos estadísticos de la región se han direccionado a identificar a la población LGBTQ+ mediante preguntas sobre orientación sexual e identidad de género; además de averiguar sobre vivencias de discriminación hacia esta población. A pesar de la reciente incorporación de estas preguntas, hay espacio para seguir mejorando la calidad de recopilación de esta información. Sobre esto, el estudio de Urban et al. (2020) presenta una serie de recomendaciones para la recolección de estos datos:

  • Al momento de realizar preguntas sobre orientación sexual e identidad de género es importante tomar en cuenta que las opciones de respuesta deben ser inclusivas y adaptadas al contexto cultural local, para que los encuestados puedan identificarse correctamente, y que las preguntas sean lo suficientemente amplias como para que la información estadística obtenida sea informativa y comparable. Sobre las experiencias de discriminación, se puede optar por recolectar la información añadiendo un intervalo de tiempo (ej.: últimos 12 meses) para cada experiencia de discriminación.

  • El diseño muestral que se decida finalmente es importante porque afecta el tipo de información que se puede extraer de la encuesta y, con ello, la posibilidad de traducir los datos recolectados en recomendaciones de política acertadas. Cuando estas encuestas tienen como objetivo la caracterización de la población LGBT+, vienen con implicancias adicionales: incluir solo a personas mayores de 18 años implica costos en pérdida de información sobre discriminación en edades más tempranas, pero si se aplican las preguntas a menores de edad, la implementación se vuelve costosa pues implica la firma de consentimientos informados de los padres sin que lleguen a conocer los resultados de la encuesta. Los autores de Urban et al (2020) recomiendan que la muestra sea representativa de los adultos mayores de 18 años en el ámbito nacional, e incluir submuestras que sobrerrepresenten a otros grupos poblacionales para entender mejor cómo se producen experiencias de discriminación interseccionales.

  • Para recolectar los mejores datos posibles, es necesario que cada miembro del hogar responda las preguntas sobre orientación sexual e identidad de género. Para ello, se pueden utilizar tarjetas personalizadas con el fin de evitar leer la pregunta en voz alta y variar el orden de las preguntas para que los demás miembros del hogar no adivinen las respuestas. 

  1. Evidencia económica sobre la situación de la población LGBTQ+ 

3.1 Utilizando datos recopilados por los institutos de estadística gubernamentales latinoamericanos

Recientemente se ha venido formando un grupo de estudios que se enfocan en estudiar la precisión de las encuestas de hogares para identificar y cuantificar a la población LGBTQ+ en los países donde se implementan. Tal es el caso de Ham et al. (2023), quienes  estudian si las encuestas de hogares de Colombia logran identificar a la población LGBTQ+ en este territorio y, además, si estas son adecuadas para medir la discriminación en el mercado laboral colombiano. Los autores encuentran, a través de una metodología experimental, que dichas encuestas subestiman el tamaño de esta población: mientras que las encuestas de hogares arrojaron que de 1% a 4% de la población total forma parte del colectivo, el estudio encuentra que esta proporción en realidad se ubica entre 12% y 22%; además, concluyen que estos resultados podrían llevar a estimaciones sesgadas al calcular desigualdades en el mercado de trabajo. Asimismo, Gutierrez y Rubli (2023) obtienen resultados similares para México, donde encuentran que hay una mayor proporción de población LGBTQ+ en la encuesta que realizan a más de 10 000 individuos en comparación a los datos obtenidos de encuestas del gobierno.

3.2 Utilizando otras fuentes de datos para Latinoamérica

A pesar de la escasez de datos gubernamentales recolectados sobre este grupo poblacional, se ha venido produciendo evidencia para Latinoamérica utilizando metodologías experimentales de correspondencia o datos extraídos de encuestas realizadas a nivel de toda la región. Los datos basados en encuestas ofrecen la importante ventaja de investigar cómo se comportan las personas LGBTI en relación con las personas que no forman parte de este grupo poblacional, en una amplia gama de resultados. En cambio, con datos experimentales sólo pueden investigarse resultados compatibles con sujetos ficticios, como solicitantes ficticios de un empleo, un piso de alquiler, un servicio, una información, etc. (Valfort, 2017).

Ejemplos de estos estudios son Abbate et al. (2023), quienes analizan el grado de discriminación hacia individuos gay y transgénero en el mercado latinoamericano de alquiler de viviendas. Los autores crean perfiles ficticios de parejas heterosexuales en las que ambas personas son cisgénero, parejas heterosexuales donde uno de los miembros es transgénero y parejas donde ambos miembros son hombres cisgénero homosexuales; y evaluan las tasas de respuestas de los administradores de las casas a una solicitud de visita de parte de estas parejas. Los autores encuentran que solo las parejas heterosexuales compuestas por una mujer transgénero reciben menos respuestas en general, menos respuestas positivas y menos invitaciones a visitas guiadas; sin embargo, cuando señalan que su nivel socioeconómico es alto, el signo del efecto se revierte en los tres indicadores recibiendo más respuestas e invitaciones. Una metodología similar siguieron Cantet et al. (2023) al estudiar, para el caso colombiano, el alcance de la discriminación hacia parejas del mismo sexo que planean matricular a una hija en el primer año escolar. Al crear parejas ficticias de diferentes orientaciones sexuales y solicitar una visita a escuelas privadas, los autores evaluan el ratio, tiempo de demora y calidad de la respuesta por parte de las escuelas y encuentran que estas tienen 12 puntos porcentuales menos de probabilidades de responder a una solicitud enviada por una pareja homosexual con respecto a una enviada por una heterosexual.

Por otro lado, Gulesci et al. (2023) estudian si la exposición a telenovelas con personajes LGBTIQ+ afecta las actitudes de los espectadores sobre esta población. Los autores construyen una novedosa base de datos con 175 telenovelas que se pusieron al aire en 14 países latinoamericanos; además, utilizan datos de opinión del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP), el Latinobarómetro y la Encuesta Mundial de Valores (WVS, por sus siglas en inglés). Finalmente, encuentran que los individuos con exposición a este material son menos tolerantes hacia esta población y el efecto es mayor entre las personas de edad avanzada o que asisten con frecuencia a servicios religiosos.

3.3 Evidencia de otros países

En 1995, la economista estadounidense Lee Badgett publicó una de las primeras investigaciones empíricas publicadas en revistas económicas revisada por pares, sobre las diferencias salariales basadas en la orientación sexual de las personas. La autora utilizó un pool de datos de los años 1989 a 1991 de la Encuesta General Social (GSS, por sus siglas en inglés), encuesta estadounidense que cuenta con representatividad nacional y que recogía información de variables de empleo. A partir de 1989, la encuesta comienza a recoger información de comportamiento sexual con parejas de cualquier sexo; si bien no se pregunta explícitamente por la orientación sexual de las personas encuestadas, la autora toma estas preguntas sobre el comportamiento para inferir la orientación sexual. Encuentra que los trabajadores varones homosexuales y bisexuales ganan entre un 11% y un 27% menos que los trabajadores heterosexuales con la misma experiencia, educación, ocupación, estado civil y región de residencia. Desde entonces hasta el 2019, el repositorio de literatura académica de la Asociación Americana de Economía indica que se han publicado alrededor de 550 artículos económicos relacionados a la comunidad LGBT+, muchas de estas investigaciones han sido posibles debido a la inclusión de preguntas a encuestas ya existentes que permiten identificar a miembros de esta comunidad (Bedgett et al., 2021).

La recopilación de datos relacionados a la población LGBTQ+ se extiende más allá de la recolección de información en encuestas de hogares o censos. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Ley de estadísticas sobre delitos motivados por el odio [5] de 1990 ordena al Fiscal General recopilar datos anualmente: de ahí que cada año se recopila información sobre crímenes de odio hacia la población LGBTQ+ a través del Informe Uniforme de Delitos de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés). Esta base de datos ha sido utilizada en estudios como el de Pettis et al. (2022), quienes examinan si el anuncio en 2015 de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo influye en la ocurrencia de delitos de odio contra personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, encontrando una reducción de la tasa de delitos de odio contra las personas LGBT en 0,112 por cada 100 000 habitantes; sin embargo, el efecto desaparece al pasar un año desde el anuncio. 

Asimismo, durante la pandemia del COVID-19, la Oficina de Censos de Estados Unidos diseñó la Household Pulse Survey, una encuesta con representatividad a nivel nacional, cuyo propósito es estudiar cómo los ciudadanos estadounidenses lidiaban con la pandemia. En la ronda 3.2 de esta encuesta se preguntó sobre la identidad de género de los encuestados y, con esta información, Carpenter et al. (2022) encuentran que las personas no cisgénero tienen muchas menos probabilidades de estar empleadas, presentan mayores tasas de pobreza, más probabilidades de tener un seguro sanitario público y mayor inseguridad alimentaria que las personas cisgénero similares. Además, resaltan que las personas negras no cisgénero se encuentran en una situación mucho peor que las personas blancas no cisgénero.

  1. Conclusión

La población LGBTQ+ se encuentra invisibilizada en los registros estadísticos gubernamentales de la región latinoamericana. Desde hace menos de diez años algunos países han venido realizando pequeños esfuerzos para identificar y medir a esta población y sus experiencias de discriminación, ya sea mediante encuestas probabilísticas o no probabilísticas.

Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en la recolección de información de calidad que ayude a la identificación de problemas, brechas y dificultades que enfrenta este grupo, por ejemplo, la representatividad de los datos recopilados en encuestas es importante para poner en marcha soluciones de políticas públicas , las cuales permitan dar respuesta a problemáticas específicas de esta población en campos como la acumulación de capital humano, productividad laboral, ingresos, empleo, entre otros.


[1] Ver: https://rb.gy/azkpe

[2] Trans es un término inclusivo para referirse a personas cuya identidad o expresión de género difiere al sexo que se les fue asignado al nacer. Ver: https://rb.gy/j0orq

[3] Ver: https://rb.gy/vqvb4

[4] Refiere a una persona que no se identifica como trans. Ver: https://rb.gy/j0orq

[5] Hate crime, en inglés. Hace referencia a delitos motivados por el odio o por prejuicios contra un determinado grupo de personas. Puede estar basado en el género, la identidad de género, la orientación sexual, la etnia, la religión, la edad o la discapacidad. Ver: https://rb.gy/j0orq

Referencias

Abbate, N., Berniell, I., Coleff, J., Laguinge, L., Machelett, M., Marchionni, M., Pedrazzi, J. y Florencia, M. (2023). Discrimination Against Gay and Transgender People in Latin America: A Correspondence Study in the Rental Housing Market. https://doi.org/10.18235/0004753

Badgett, L. (1995). The Wage Effects of Sexual Orientation Discrimination. Industrial and Labor Relations Review, 48(4), 726–739. https://doi.org/10.2307/2524353

Badgett, L., Carpenter, C. S., y Sansone, D. (2021). LGBTQ Economics. Journal of Economic Perspectives, 35(2), 141–170. https://doi.org/10.1257/jep.35.2.141

Badgett, L., Nezhad, M., Waaldijk, S., Van Der, K., y Rodgers, M. (2014). The Relationship between LGBT Inclusion and Economic Development: An Analysis of Emerging Economies. https://williamsinstitute.law.ucla.edu/wp-content/uploads/LGBT-Inclusion-Economic-Dev-Nov-2014.pdf

Badgett, M., Waaldijk, K. y Rodgers, Y. (2019). The relationship between LGBT inclusion and economic development: Macro-level evidence. World Development, 120(120), 1–14. https://doi.org/10.1016/j.worlddev.2019.03.011

Cantet, N., Feld, B., y Hernández, M. (2023). Is there discrimination against children of same-sex households? Evidence from an experimental study in Colombia. https://doi.org/10.18235/0004741

Chaves, N., y Ester, B. (28 de junio de 2021). Los derechos LGBTI+ en América Latina. CELAG. https://www.celag.org/los-derechos-lgbti-en-america-latina/

Gulesci, S., Lombardi, M., y Ramos, A. (2023). Telenovelas and Attitudes toward the LGBTIQ Community in Latin America. https://doi.org/10.18235/0004719

Gutiérrez, E. y Rubli, A. (2023). Challenges for Measuring the LGBT+ Population and Homophobia in Mexico. https://doi.org/10.18235/0004747

Ham, A., Guarin, A., y Ruiz, J. (2023). How Accurately Are Household Surveys Measuring the Size and Inequalities for the LGBT Population in Bogota, Colombia? Evidence from a List Experiment. https://doi.org/10.18235/0004721 

Pesquisa Nacional de Saúde 2019 Orientação Sexual autoidentificada da População adulta. (n.d.). https://biblioteca.ibge.gov.br/visualizacao/livros/liv101934.pdf

Pimienta, R. (2000) Encuestas probabilísticas vs. no probabilísticas. Política y Cultura (13), 263-276. ISSN: 0188-7742. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26701313

Stang, F. (2019) La diversidad sexual y de género en censos y encuestas de América Latina: entre la invisibilidad y la lógica heteronormativa. Notas de Población N° 108. CEPAL.

Urban, A., Ágreda, M., Ramos, A. y Ortiz, D. (2020). Hacia un mejor entendimiento de la discriminación por orientación sexual e identidad de género. http://dx.doi.org/10.18235/0002306

Valfort, M. (2017). LGBTI in OECD Countries: A Review. OECD Social, Employment and Migration Working Papers, No. 198, OECD Publishing. https://doi.org/10.1787/d5d49711-en.


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