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Participación de la mujer peruana en el sector exportador: rol de la inclusión financiera


Escrito por Emily Yomira Ore Ichpas

Edición a cargo de Jannely Stefania Chamba Veliz


  1. RESUMEN


La literatura señala que el impacto del comercio en el empoderamiento económico de la mujer es mediado por diferentes variables que incluyen la especialización productiva de un país, la función económica de la mujer, los sectores productivos en los que participa y las asignaciones de roles de género en la sociedad. En particular, las mujeres empresarias pueden verse beneficiadas por la apertura comercial, al tener la posibilidad, por ejemplo, de acceder a nuevos mercados y a las cadenas de valor mundiales. No obstante, además de los estereotipos de género que son la base de las brechas de género existentes, las mujeres siguen careciendo de recursos necesarios para participar y aprovechar las oportunidades que la apertura comercial ofrece.

La data disponible evidencia que la mujer peruana se concentra en micro y pequeñas empresas, en sectores con menor inserción internacional y enfrentan barreras particulares para participar en el comercio internacional, entre las cuales se encuentra el acceso al financiamiento. En el Perú, se han desplegado esfuerzos tanto en el sector público como privado para que las mujeres puedan mejorar su participación en el sistema financiero. Según la reciente base de datos del Global Findex, en 2021, el 51% de las mujeres peruanas tenía cuenta en una institución financiera, frente al 18% de hace una década. Estos resultados, si bien reflejan de manera positiva una mayor inclusión financiera en las mujeres, develan también que aún queda trabajo por hacer para que las mujeres conozcan las oportunidades que ofrece el sistema financiero, tengan la confianza de participar y puedan acceder plenamente al mismo.  


Palabras clave: Apertura comercial, empoderamiento económico de la mujer, inclusión financiera


  1. INTRODUCCIÓN


La liberalización del comercio ha representado un elemento fundamental de la globalización que ha aportado beneficios como el acceso a tecnología, insumos más baratos y mercados de exportación más amplios, mejorando la vida de las personas. Sin embargo, en relación con los hombres, existen mayores desafíos que las mujeres enfrentan para beneficiarse del comercio internacional (Barafani y Barral Verna, 2020).

Son varios los factores que limitan la capacidad de las mujeres para crear y dirigir con éxito una empresa, así como sus perspectivas de insertarse a los mercados internacionales y, por ende, poder aprovechar plenamente los beneficios de la apertura comercial. Al respecto, de acuerdo a un informe elaborado por el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio - OMC (2020), las mujeres están menos representadas en la fuerza laboral de las empresas que comercian a nivel internacional y las empresas que participan en cadenas de valor mundiales.

Hay indicios de que las mujeres no pueden acceder a los empleos más cualificados y mejor remunerados creados por la liberalización del comercio porque tienen menos acceso a recursos, educación y tiempo (Korinek, 2005). Particularmente, en el acceso al financiamiento, existe una clara brecha de género explicada por diferentes barreras, tales como la solvencia económica, activos de capital, ingresos, entre otros (Bircher, Chahín, López, Mejía, y Villota, 2020).

En el marco multilateral, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas visibiliza la problemática de género. Al respecto, cabe destacar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5, mediante el cual se sostiene que la igualdad de género es base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Adicionalmente, en el marco multilateral, cabe resaltar la Declaración Conjunta sobre Comercio y Empoderamiento Económico de la Mujer, adoptada en 2017 por más de 100 países miembros de dicha organización, la cual sitúa la igualdad de género en la agenda multilateral de comercio.

Teniendo en cuenta el papel que el comercio tiene en las brechas de género, las principales preguntas que guían este trabajo de investigación son: ¿Qué variables median el impacto del comercio en el empoderamiento económico de la mujer? ¿De qué manera influye la inclusión financiera en el empoderamiento económico de la mujer? ¿Cuánto se ha avanzado en materia de inclusión financiera en el Perú?

Para responder a dichas preguntas, la presente investigación realiza una revisión de la literatura y data existente. En primer lugar, se presenta una visión general de los factores que median el impacto del comercio en el empoderamiento económico de la mujer. En segundo lugar, se explora la influencia de la inclusión financiera en el empoderamiento de la mujer. En tercer lugar, se describen algunas prácticas gubernamentales y privadas para promover el empoderamiento económico de la mujer a través del comercio. Por último, se presentan algunas conclusiones y recomendaciones.


  1. COMERCIO Y EMPODERAMIENTO ECONÓMICO DE LAS MUJERES


El empoderamiento económico de las mujeres se puede entender como la capacidad de las mujeres para disfrutar plenamente, y en condiciones de igualdad, de sus derechos económicos, alcanzar el éxito, avanzar a nivel económico, y el poder para adoptar decisiones económicas y llevarlas a la práctica (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo - UNCTAD, 2022).

Según el Banco Mundial y la OMC (2020), las funciones económicas que desempeñan las mujeres como trabajadoras, productoras y consumidoras determinan la repercusión que el comercio internacional tiene sobre ellas. Asimismo, el potencial impacto diferenciado del comercio sobre las mujeres se explica por variables como la especialización productiva del país, la participación laboral por sectores de las mujeres y la asignación de roles de género en la sociedad (Comisión Económica para América Latina y el Caribe - CEPAL, 2013). Además, “es posible que los efectos del comercio varíen entre las propias mujeres, dependiendo de su origen étnico, edad, ingresos, nivel de estudios y situación migratoria, y según las obligaciones sociales vigentes en sus hogares y comunidades” (UNCTAD, 2022, p.8). 

En el caso particular de las mujeres productoras y pequeñas empresarias, la liberalización del comercio puede ser beneficiosa por la ampliación de mercados, la mejora de los precios de las exportaciones y la integración en las cadenas globales de valor a las que da lugar (UNCTAD, 2022).  No obstante, el grado de impacto del comercio en las mujeres productoras y propietarias de empresas depende de si se ven afectadas negativamente por la competencia de las importaciones, el tamaño de la empresa, el acceso a la tecnología y la discriminación (Banco Mundial y OMC, 2020).

    3.1 PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL SECTOR EXPORTADOR

La escasa disponibilidad de datos e indicadores de comercio internacional desagregados por género representan barreras cruciales para una evaluación y seguimiento adecuado de la participación de la mujer en el sector exportador. No obstante, sobre la base de investigaciones recientes, es posible aproximar ciertos patrones que caracterizan a las mujeres peruanas en este sector.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática – INEI (2022), a lo largo de los últimos años, se observa una mayor incorporación de las mujeres en el mercado laboral (Gráfico N°1). No obstante, en el 2021, el 78.8% de las mujeres peruanas trabajadoras participaba en el sector informal y el 73.6% se concentraba en empresas de 1 a 5 trabajadores (INEI, 2022). Además, hay una mayor representación de mujeres peruanas en sectores menos remunerados, como son el cuidado del hogar, la enseñanza y el comercio (Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo - Promperú, 2023). Estas características de trabajo no garantizan a las mujeres oportunidades de ascenso laboral, capacitación profesional y acceso a derechos laborales. En ese contexto, si bien hay más mujeres en el mercado laboral, no necesariamente se puede asegurar la calidad del empleo en las que participan.


Gráfico N°1: Mujeres ocupadas, según tamaño de la empresa

Fuente: Perú: “Brechas de género, 2022: Avances hacia la igualdad de mujeres y hombres”, Instituto Nacional de Estadísticas e Informática – INEI, Elaboración: propia


En el caso particular de la participación de la mujer peruana en el comercio internacional, la investigación “Evaluación de género en el sector exportador” brinda información relevante, mediante un análisis de datos correspondientes a 5391 empresas en 2021, proporcionados por Promperú. Dicho estudio revela que el 26% de representantes legales de las empresas exportadoras en el Perú son mujeres, con una predominante participación en el sector textil (37%) y agroindustria (30%). Además, dicho estudio revela que hay una proporción significativa de empresas lideradas por mujeres en Ayacucho, Lambayeque y Pasco (Promperú, 2023).

De acuerdo a una investigación de Frohmann (2018), basándose en la plataforma de información sobre empresas exportadoras de Promperú, en 2016, se identificaron 291 empresas lideradas por mujeres, las cuales fueron principalmente micro (129), pequeñas (77) y medianas (70), y se concentraron predominantemente en manufacturas diversas, agronegocios e industria de la vestimenta. Además, toda vez que no es posible, con los datos actuales, desagregar por sexo la mayoría de las empresas, se resalta que estos datos tienden a subestimar la participación de las empresas lideradas por mujeres (Frohmann, 2018).

En el marco de investigaciones regionales, el estudio de diagnóstico “Radiografía de la participación de las mujeres empresarias de la Alianza del Pacífico en el comercio exterior”, mediante una encuesta dirigida a mujeres empresarias de los países de Chile, Colombia, México y Perú, realiza un análisis de la participación de la mujer en el comercio internacional. Con una muestra de 463 registros del Perú, recolectados en 2019, el estudio muestra resultados similares a las descritas anteriormente. 

De acuerdo al referido estudio, en el caso del Perú, el 27% de las empresas exportaba periódicamente; el 54% no exportaba, pero tenía interés; mientras que el 11% no exportaba y no tenía interés. De las empresas exportadoras periódicas, el 91% era micro y pequeña empresa, el 6% era mediana y solo el 2% era gran empresa. Según ramas productivas, se resalta indumentaria, textiles y accesorios con 49%, seguido por alimentos y bebidas con 27%; mientras que las empresas exportadoras de servicios representaron el 4% (Bircher et al., 2020).

Asimismo, según un estudio realizado por Michelena, Bentivegna, Cruz-Aguayo, Barafani, Merino, y Basco (2022, p.8) “en Argentina, Colombia y Perú, en general, los sectores más feminizados no coinciden con aquellos que tienen mayor inserción internacional”. A partir de la revisión de los estudios empíricos descritos sobre la participación de la mujer peruana en el sector exportador, se podría validar el referido planteamiento, toda vez que las fuentes estadísticas nacionales muestran que el Perú exporta principalmente productos tradicionales (productos minerales, petróleo y derivados, entre otros). No obstante, cabe destacar que la rama exportadora textil y agropecuaria no tradicional, ambos sectores exportadores con mayor presencia de mujeres han registrado un crecimiento paulatino en los últimos años (Gráfico N° 2).


Gráfico N°2: Exportación definitiva del sector textil y

agropecuario – no tradicional (Miles de millones de US$ FOB)

Fuente: Datos de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria - SUNAT, Elaboración: propia

    3.2 ¿QUÉ DIFICULTADES ENCUENTRAN LAS MUJERES PARA PARTICIPAR EN EL COMERCIO?

De acuerdo a Von Hagen (2014), si bien los hombres, especialmente aquellos de pocos recursos, y las mujeres hacen frente a retos similares, existen áreas que constituyen limitaciones intensificadas por el género en el comercio (Cuadro N°1). Además, de acuerdo con el Banco Mundial y la OMC (2020), los obstáculos que impiden a las mujeres acceder a los beneficios del comercio provienen principalmente de fenómenos sociales, culturales y comportamientos. En esa línea, como comerciantes, las mujeres enfrentan una mayor limitación de tiempo, mayores problemas de seguridad y acoso, y falta de información actualizada sobre el mercado. (Higgins, 2012; Von Hagen, 2014).


Cuadro N°1: Barreras para la igualdad de beneficios producto del comercio


  • Acceso y control de activos y recursos productivos clave

  • Acceso a la educación, al desarrollo de capacidades y a la formación

  • Acceso a la información y a redes empresariales cruciales para el éxito empresarial

  • Limitaciones logísticas y de transporte, así como facilitación de comercio

  • Segregación de ocupaciones en función del género


Fuente: Von Hagen (2014)


Limitación de tiempo

Las normas sociales y las prácticas discriminatorias crean diferencias sustanciales entre hombres y mujeres, asignándoles roles particulares en la sociedad. Al respecto, mientras que se espera que los hombres sean el principal sostén del hogar, las normas sociales discriminatorias tienden a confinar a las mujeres a funciones de cuidado, encargándose de criar a los hijos y realizar las tareas domésticas (OECD, 2023). En efecto, en el Perú, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo de 2010, las mujeres dedican a la semana aproximadamente 24 horas más que los hombres al trabajo doméstico no remunerado; y en el área rural y la selva peruana, la brecha es aún mayor, las mujeres destinan poco más de 25 horas (INEI, 2022). 

Si bien en los últimos años se ha observado una mayor incorporación de mujeres y hombres en la fuerza laboral; a comparación de los hombres, de acuerdo con datos del INEI (2022), un mayor porcentaje de mujeres ocupadas participan en trabajos no remunerados y trabajos del hogar (Gráfico N°3). El doble rol que tienen las mujeres (trabajo remunerado y trabajo no remunerado) perjudica su poder negociación en el mercado laboral, compromete su acceso a recursos productivos y las lleva a buscar trabajos que ofrecen más flexibilidad como el empleo informal y a tiempo parcial (UNCTAD, 2022). Además de afectar la participación de las mujeres en el mercado laboral, la limitación sustancial en el tiempo podría afectar sus posibilidades para emprender y liderar una empresa (Bircher, et al.).


Gráfico N°3: Mujeres y hombres ocupados/as, según categoría de ocupación, 2021

Fuente: Perú: “Brechas de género, 2022: Avances hacia la igualdad de mujeres y hombres”, Instituto Nacional de Estadísticas e Informática – INEI, Elaboración: propia


Violencia y acoso

Los patrones sociales y culturales en la sociedad también se evidencian en la violencia contra las mujeres, producto de las relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres (INEI, 2022). Además de enormes costes sociales y económicos para las sociedades, la violencia contra las mujeres impacta en sus vidas, con consecuencias tales como problemas de salud, acceso limitado a la educación y pérdidas sustanciales de ingresos (OECD, 2023). Según datos disponibles, de cada 100 mujeres peruanas de 15 a 49 años, 7 sufrieron violencia física de parte de su pareja en 2021 (INEI, 2022). La violencia contra las mujeres se registra en todos los niveles educativos y sociales, aunque en menor medida en niveles de educación superior y grupos socioeconómicos altos (INEI, 2022).

La interacción con organismos públicos, redes de distribución y comercialización, entre otras, es clave para las actividades de comercio internacional. (Bircher, et al.). No obstante, “las mujeres no suelen tener el mismo acceso que los hombres a las redes profesionales y sociales” (Banco Mundial y OMC, 2020, p.121). Esta barrera puede deberse a que están más expuestas a la violencia y discriminación, así como a la limitación del tiempo, producto del reparto desigual del trabajo doméstico, resultándoles más complejo ser parte de las redes de interacción. 

Al eliminar la necesidad de interacciones presenciales en el comercio, las soluciones digitales pueden contribuir a la reducción de las dificultades que las propietarias de empresas afrontan (Banco Mundial y OMC, 2020). Al respecto, de acuerdo con el INEI (2022), en general, las mujeres peruanas utilizan el Internet como un instrumento para actividades de interacción, obtención de información y desarrollo de gestiones prácticas. No obstante, si bien hay una mayor población de mujeres usuarias de Internet en los últimos años, el uso del mismo es más extendido en áreas urbanas que en rurales. (INEI, 2022). Por otro lado, según el informe “Estadístico de alertas contra el acoso virtual” del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP,2023), en el 2022, 437 mujeres fueron víctimas de acoso virtual. En ese contexto, no se puede asegurar la eliminación de la violencia por un mayor acceso a servicios digitales. 

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD, 2023), toda vez que las percepciones, actitudes y los comportamientos se forman a una temprana edad a través de la educación y las interacciones humanas en el entorno familiar inmediato, los altos niveles de discriminación en la familia repercuten en la percepción de los papeles tradicionales de hombre y mujeres. Según los resultados recientes del Índice de Género e Instituciones Sociales (SIGI, por sus siglas en inglés), el Perú presenta un nivel medio de discriminación en el ámbito familiar (OECD, 2023). Dicho resultado devela que persisten retos incluso en el círculo familiar que obstaculizan el empoderamiento de las mujeres y las niñas peruanas.


  1. INCLUSIÓN FINANCIERA Y EMPODERAMIENTO ECONÓMICO DE LAS MUJERES 


Existen varias formas posibles de definir la inclusión financiera, las cuales suelen estar relacionadas en aspectos tales como el acceso de la población a los servicios financieros, el grado de utilización de estos servicios y su calidad y coste (Barajas, Beck, Belhaj y Naceur, 2020).

Hay evidencia empírica que respalda el efecto positivo que causa la inclusión financiera en el empoderamiento económico de las mujeres. El estudio de Siddik (2017) revela que, las mujeres rurales de Bangladesh, tras beneficiarse de los programas de inclusión financiera, pueden hacer frente a emergencias, dar a sus hijos una mejor educación, obtener mejores servicios médicos y reducir su dependencia de los prestamistas locales, lo que significa que los programas de inclusión financiera promueven el empoderamiento económico de las mujeres. Por su parte, los resultados del estudio de Adera y Abdisa (2023) revelan un impacto positivo y estadísticamente significativo de la inclusión financiera en el empoderamiento económico de las mujeres en Etiopía, lo que indica que un mayor acceso a los servicios financieros contribuye a mejorar los resultados económicos de las mujeres.

De acuerdo con el estudio de diagnóstico descrito en el tercer apartado, las mujeres peruanas enfrentan como principal obstáculo para iniciar la actividad exportadora el acceso limitado al financiamiento (Bircher et al., 2020). El acceso a la financiación puede ser entendida como “la posibilidad de acceder a servicios financieros formales básicos, como tener cuentas bancarias o al menos acceso a instituciones de microcrédito no bancarias que permitan a los clientes realizar pagos formales, depositar dinero y solicitar préstamos” (Banco Mundial y OMC, 2020, p. 104).

Las cuentas financieras son una piedra angular del desarrollo que permiten almacenar, enviar y recibir dinero de forma segura y asequible para cubrir necesidades cotidianas, emergencias e inversiones productivas para el futuro (Demirgüç-Kunt, Klapper, Singer y Ansar, 2022). Al permitir aumentar la capacidad productiva, el financiamiento representa un componente crucial para el desarrollo y crecimiento de las microempresas (Chagerben-Salinas, Yagual-Velasteguí e Hidalgo-Arriaga, 2017). 

A las mujeres en particular, la igualdad de acceso a la financiación y al crédito les proporciona más opciones para obtener ingresos o aprovechar oportunidades de inversión que ofrecen mayores rendimientos, capacitándose para tomar decisiones económicas (Crisologo Hernando y Kuriyama, 2023). Sin el acceso al financiamiento, las mujeres empresarias se enfrentan a dificultades para financiar transacciones internacionales; y las mujeres trabajadoras enfrentan dificultades para financiar actividades de formación y educación, a fin de contar con las competencias necesarias y tener acceso a los diversos beneficios que ofrece el comercio (Banco Mundial y OMC, 2020). 

Según la base de datos Global Findex de 2021, en Perú, alrededor del 51% de las mujeres del Perú tiene una cuenta en una institución financiera, lo que supone un aumento sustancial respecto al 18% de 2011 (Gráfico N°4). Del mismo modo, la proporción de mujeres que poseen una tarjeta de débito aumentó hasta el 29% en 2021, frente al 12% de 2011. Asimismo, cada vez más mujeres ahorran o piden prestado a una institución financiera. También es destacable que más mujeres recurren a recursos digitales como medio para realizar y recibir pagos. (Demirgüç-Kunt et al., 2022).


Gráfico N°4: Participación de las mujeres peruanas en el sistema financiero 

(%, mayores de 15 años)

Fuente: Global Findex Database 2021 (Demirgüç-Kunt et al., 2022), Elaboración: propia


Si bien hay un mejor panorama, aún no se puede asegurar un acceso completo de las mujeres peruanas al sistema financiero. De acuerdo a Korinek, Moïsé y Tange (2021), las mujeres emprendedoras suelen crear sus empresas con menos dinero y dependen más de la autofinanciación. En el caso del sector exportador, de acuerdo con el estudio de diagnóstico descrito en el tercer apartado, el 54% de las empresas peruanas encuestadas financiaba la producción destinada a las exportaciones con recursos propios, el 24% con la banca privada y el 1% con banca pública (Bircher et al., 2020).

A esto se suma la existencia de brechas en el uso de los servicios financieros entre las mujeres. El informe técnico “Estadísticas con Enfoque de Género”, elaborado por el INEI, proporciona datos adicionales relevantes al respecto. Por ejemplo, de acuerdo al INEI (2023), según autopercepción étnica, en el segundo trimestre del año 2022, la proporción de mujeres que tenían una cuenta de ahorro o corriente es mayor en aquellas que se autoperciben como mestiza (59.6%) y blanca (51.7%), frente a las que se autoperciben como nativa (39.2%) y afrodescendiente (42.4%). 

    4.1 ¿QUÉ OBSTÁCULOS PODRÍAN ESTAR IMPIDIENDO QUE LA INCLUSIÓN FINANCIERA EN LAS MUJERES DESPEGUE?

Como se ha podido observar en el tercer acápite, las mujeres trabajadoras y empresarias están presentes mayoritariamente en micro y pequeñas empresas, las cuales se caracterizan por un menor volumen de negocios y crecimiento más lento, por lo que cabría esperar que enfrenten retos para acceder al financiamiento de comercio. La brecha salarial entre hombres y mujeres y, en algunos casos, el menor acceso a los recursos del hogar significa que las mujeres suelen tener menos recursos que los hombres para invertir (Korinek, Moïsé y Tange 2021). Dada la disparidad inicial en la autonomía económica de las mujeres, los sesgos de género que poseen los productos financieros podrían impactar negativamente en el acceso de las mujeres al sistema financiero (Bircher et al., 2020).

De acuerdo con la base de datos Global Findex 2021, los altos costos de los servicios financieros, los insuficientes fondos, las distancias lejanas de las instituciones financieras, y la desconfianza con las instituciones financieras son las principales razones identificadas por la población peruana por las que no tienen cuenta en el sistema financiera (Demirgüç-Kunt et al., 2022). Además, según el estudio empírico aplicado en Etiopía, poseer un teléfono móvil, tener un historial laboral, el nivel educativo, la exposición a la información, la edad, la riqueza, el lugar de residencia, el sexo de la persona cabeza de familia y el lugar de residencia son factores significativos de la inclusión financiera (Adera y Abdisa, 2023).

Los créditos, aunque también son de difícil acceso para los hombres debido a su elevado interés (relacionado con el riesgo) dentro del sector bancario, son de acceso casi imposible para las mujeres, ya que las garantías, como por ejemplo la tierra, suelen seguir estando registradas únicamente a nombre del marido (Von Hagen, 2014). Asimismo, algunas mujeres empresarias pueden experimentar prejuicios sexistas a la hora de solicitar financiación, la mayoría de las veces en forma de preguntas más personales, documentación adicional o un enfoque concentrado en los aspectos negativos de su plan de negocio (Korinek, Moïsé y Tange, 2021). 

Finalmente, cabe señalar que, considerando que la percepción del riesgo es mayor en el comercio internacional que en el nacional, las instituciones financieras aplican requisitos más estrictos que en los servicios bancarios básicos, en términos tales como solvencia, garantías y estados financieros (Banco Mundial y OMC, 2020).


  1. INICIATIVAS GUBERNAMENTALES Y PRIVADAS EN EL PERÚ 


En el marco internacional, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que entró en vigor en 1981, marcó un hito importante al representar el primer instrumento jurídicamente vinculante que estableció la inadmisibilidad de la discriminación contra la mujer; en 1995, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing estableció un plan de acción con estrategias que buscaban atender esferas de preocupación y que finalmente garantizaran la igualdad plena para las mujeres; y posteriormente, se determinó el marco general para el desarrollo con la aprobación de la Declaración del Milenio en 2000 y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en 2015 (UNCTAD, 2022).

En el marco del comercio internacional, 118 Miembros de la OMC y observadores, incluyendo el Perú, acordaron apoyar la Declaración conjunta sobre Comercio y Empoderamiento Económico de las Mujeres, mediante el cual se comprometieron a colaborar para hacer que sus políticas comerciales y de desarrollo sean más sensibles al género, en temas tales como el análisis basado en el género, métodos y procedimientos para la recopilación de datos desagregados por género, y la eliminación de barreras en el empoderamiento económico de las mujeres (OMC, 2017).

Sector público

A nivel nacional, se han desarrollado una serie de iniciativas que buscan impulsar el desarrollo de las empresas peruanas, así como aquellas dirigidas por mujeres empresarias, reconociendo que enfrentan retos particulares para participar en actividades comerciales. A continuación, se describen brevemente algunas de estas iniciativas. 

Al respecto, cabe destacar el “Programa de Apoyo a la Internacionalización”, programa de cofinanciamiento no reembolsable de iniciativas de internacionalización, creado por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR). La versión actual del Programa de Apoyo a la Internacionalización (s.f.) ofrece cuatro modalidades de postulación, en función a las etapas de internacionalización en las que se encuentran las empresas (Emprendimiento Exportador, Potenciamiento de Exportaciones, Consolidación de la Actividad Exportadora, e Implantación Comercial). Además, en el proceso de postulación, a las empresas lideradas por mujeres se les ofrece un puntaje diferenciado, debiéndose acreditar por medio del porcentaje mayoritario de acciones a las mujeres. De acuerdo con datos públicos del MINCETUR, la primera edición del PAI (2017-2020) benefició a un total de 185 empresas de 13 regiones del país, de las cuales 60 eran lideradas por mujeres (MINCETUR, 2021).

Asimismo, se resalta el “Programa Impulso Empresarial MYPE – (IMPULSO MYPERU)”, iniciativa que otorga una garantía del Gobierno Nacional a los créditos generados en favor de las micro y pequeñas empresas, y un bono al buen pagador (Ley N° 31658, 2022). Cabe precisar que, mediante Decreto de Urgencia N° 033-2023 (2023), se dispuso incluir como beneficiarios del referido programa a las medianas empresas de todos los sectores productivos del país. 

En cuanto a programas de capacitación, se destaca la “Ruta Exportadora”, programa de Promperú que busca fortalecer las capacidades de las empresas peruanas para la exportación (Promperú, s.f.). Asimismo, en cuanto a programas de capacitación empresarial, Promperú implementa el proyecto “Ella Exporta”, dirigido específicamente a mujeres empresarias, que busca fortalecer sus capacidades blandas y técnicas. Desde su creación, en 2017, Ella Exporta ha permitido beneficiar a más de 100 mujeres de diferentes sectores y regiones del Perú (Promperú, 2023).

Asimismo, cabe destacar “Mujer Produce”, programa implementado en 2019 por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y el Ministerio de la Producción (PRODUCE), que busca brindar conocimientos especializados a las mujeres, incluyendo el manejo de herramientas tecnológicas (Promperú, 2023). Finalmente, se destaca la iniciativa del Ministerio de la Producción “Tu Empresa”, creada en 2017 para brindar asistencia técnica a los emprendedores en formalización y constitución de empresas; y brindar asesoría y capacitación a las micro y pequeñas empresas en gestión empresarial, digitalización, acceso al financiamiento y desarrollo productivo (PRODUCE, s.f.).

Sector privado

En el caso del sector privado, se han identificado iniciativas que buscan que más mujeres puedan acceder al sistema financiero, las cuales contribuyen a la inclusión financiera, acercando a las mujeres al sistema financiero formal y otorgándoles la oportunidad de iniciar un historial crediticio. A continuación, se lista algunas de estas iniciativas.

Al respecto, cabe destacar el programa “Crédito Mujer”, un producto financiero que otorga Mibanco desde 2017, dirigido a mujeres dependientes e independientes que deseen financiamiento para capital de trabajo, activo fijo, vivienda y consumo personal (Mibanco, s.f.). Al respecto, la Gerencia de Productos y Segmentos de Mibanco señaló en una entrevista que “en cinco años de Crédito Mujer hemos desembolsado más de 190 mil créditos a 120 mil mujeres, de las cuales 48 mil accedieron por primera vez al sistema financiero” (Dosier Corresponsables, 2023). 

Asimismo, se destaca el programa “Emprendiendo Mujer”, lanzado en 2021 por Financiera Confianza en alianza con CARE Perú, dirigido a mujeres emprendedoras que realizan actividades productivas. Dicha iniciativa ofrece un producto individual a menor tasa de interés, un componente de digitalización para su contratación y permite acceder a capacitaciones de educación financiera (Financiera Confianza, s.f.). Al respecto, se resalta que, al cierre de 2022, se otorgó este crédito a 15,476 clientas, con una mayor presencia de clientas en la zona norte del país (Fundación Microfinanzas BBVA, Financiera Confianza, 2023).

Finalmente, cabe resaltar las iniciativas de las cajas municipales con proyectos tales como ”Crédito Mujer Emprendedora” (Caja Municipal Ica) y “Crédito para Mujer Emprendedora” (Caja Arequipa), productos de financiamiento para capital de trabajo o activo fijo. Además, se resalta el programa “Strive Women”, que se ejecutará de 2023 a 2027 en Pakistán, Perú y Vietnam por CARE y apoyado por el Centro Mastercard para el Crecimiento Inclusivo, que buscará fortalecer la salud financiera y la resiliencia de las pequeñas empresas, con un enfoque en aquellas lideradas por mujeres (CARE, s.f.). 


  1. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


La apertura comercial puede ser beneficiosa para una economía en la medida en que ofrece oportunidades de diversificación de mercados y oferta exportable. No obstante, al analizar el impacto del comercio en el empoderamiento económico de la mujer, la revisión de la literatura revela que se deben tener en consideración diversas variables, tales como la especialización productividad de un país y la función económica de la mujer. Además, la literatura señala que el impacto puede ser diferenciado incluso entre las propias mujeres, considerando su origen étnico, nivel de estudios, entre otros factores.

Las mujeres peruanas están presentes principalmente en la economía informal y en sectores que no suelen ser objeto de comercio. En el sector exportador, la revisión empírica muestra que las mujeres empresarias/trabajadoras suelen participar en micro y pequeñas empresas, caracterizadas por un menor volumen de negocios y crecimiento empresarial más lento. La concentración de las mujeres en este tipo de empresas se explica en parte por una serie de obstáculos como son la falta de acceso a la financiación, información del mercado y acceso a redes de contacto. Además, las mujeres hacen frente a barreras adicionales que provienen de las normas sociales y culturales, como son la limitación de tiempo debido a las tareas domésticas, la violencia y el acoso. Con esta problemática inicial, es innegable que las mujeres enfrentan retos particulares que requieren especial atención, a fin de que puedan acceder a las oportunidades que el comercio ofrece.

En el caso del acceso al sistema financiero, la revisión empírica, aunque escasa, revela que la inclusión financiera puede propiciar el empoderamiento económico de la mujer. No obstante, la población aún encuentra complicado, por ejemplo, tener una cuenta financiera por razones tales como altos costos asociados, insuficientes fondos y desconfianza en el sistema. Además, las mujeres particularmente pueden enfrentar retos específicos para acceder al sistema financiero, tanto en el proceso de evaluación para acceder a los productos financieros, como para cumplir con los requisitos del sector bancario (historial crediticio, activos/riqueza). Estas dificultades, que las limita a acceder a recursos que mejorarían sus oportunidades de beneficiarse del comercio, incluyen los estereotipos de género y la poca autonomía económica (salarios más bajos y menor acceso a recursos activos). 

El sector público y privado han desplegado esfuerzos para contrarrestar las barreras que enfrentan las mujeres para acceder y participar en el sistema financiero y el comercio. En ese contexto, en los últimos años se han logrado avances sustanciales hacia la inclusión financiera de las mujeres. No obstante, toda vez que más del 50% de las mujeres peruanas siguen excluidas financieramente, es necesario diseñar e implementar iniciativas innovadoras, así como aquellas que atiendan los sectores donde las brechas son igual o más preocupantes, como las que se observa en la población de mujeres que se autoperciben nativa y afrodescendiente. Cabe señalar que este trabajo requiere de esfuerzos conjuntos entre las instituciones financieras, el sector público, la academia y el empresariado, incluyendo un mayor involucramiento de las mujeres en el diseño, ejecución y evaluación de las iniciativas, a fin de poner en marcha aquellas que atienden específicamente sus necesidades en función en el contexto en el que interactúan.

Finalmente, en la aplicación empírica para futuras investigaciones, se recomienda determinar el efecto particular y los factores determinantes para la inclusión financiera de las mujeres en el contexto peruano y según los patrones característicos de su participación en actividades comerciales (por ejemplo, sectores económicos, tamaño de la empresa), a fin de que se pueda contribuir con el diseño e implementación de iniciativas que hagan frente correctamente a las barreras que las mujeres peruanas enfrentan para beneficiarse del comercio. Para ello y futuros análisis sobre comercio y género, resulta vital además reforzar los trabajos de recopilación y publicación de datos desagregados por género en indicadores comerciales. 


  1. BIBLIOGRAFÍA


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           Escrito por Ana Rioja y Fiorella Perez    Edición a cargo Fiorella Perez              En Women in Economics, buscamos visibilizar el gran trabajo que vienen realizando las mujeres en el campo de la Economía, por ello, en esta ocasión presentamos la exitosa trayectoria de la economista peruana Cecilia Garavito, quien nos comentó acerca de la problemática de la inserción laboral de las mujeres en el Perú, la cual se ha incrementado debido a la presencia de la pandemia. Cecilia Garavito Masalias “La mujer debe hacer más esfuerzo para lograr el mismo reconocimiento laboral que un varón. Eso debe cambiar, pero es un proceso largo y se necesita la voluntad de asumir el cambio.” (Garavito, 2021)   Cecilia Garavito es doctora en Economía, investigadora y consultora experta en temas laborales con énfasis en temas de género, juventud y educación por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), en donde se desempeña como profesora principal actualmente.           La Dra. Garav

ANALFABETISMO EN EL PERÚ

     Escrito por Valeria Murga  Edición a cargo Fiorella Perez El 8 de septiembre es el Día Internacional de la Alfabetización en el que se conmemora la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y derechos humanos. La alfabetización se centra en el aprendizaje de la lectoescritura desde la perspectiva de aprendizaje a lo largo de toda la vida (Unesco, 2021). En el Perú, la alfabetización está estrechamente vinculada con las poblaciones adultas iletradas en su mayoría mujeres que residen en las regiones andinas, amazónicas y periurbanas de Lima (Amable y Cateriano, 2020).  “Lo que yo veo es que siempre hay que apostar a mejorar la educación. Para mi, lo básico es mostrar que efectivamente los maestros somos muy buenos en nuestro país, podemos dar mucho de nosotros aún sin tener nada” -Juan Cadillo León, ministro de educación, elegido como uno de los 50 mejores maestros del mundo según The Global Teacher Prize TASA DE ANALFABETISMO A NIVEL REGIONAL En el periodo del 2010-2

Mujeres silenciadas: aportes al pensamiento económico

El 8 de marzo de cada año es conmemorado el Día Internacional de la Mujer, fecha institucional en la cual se visibiliza y revaloriza el rol de la mujer en la sociedad. Si bien se han logrado grandes avances con respecto a este propósito, aún persisten limitaciones en cuanto a su reconocimiento en ámbitos que continúan siendo dominados por los hombres. Uno de los más trascendentales es el económico: espacio en el cual existe limitada investigación y literatura acerca de la trayectoria de mujeres economistas destacadas. Por este motivo, y en conmemoración de esta fecha, el día de hoy recordaremos a Harriet Martieneau, Millicent Fawcett y Beatrice Webb, 3 mujeres que han brindado grandes aportes al pensamiento económico  y cuyas trayectorias han sido ignoradas por décadas. Asimismo, abordaremos cómo los aportes de estas mujeres ayudan a comprender toda la actual crisis que venimos atravesando.    Harriet Martineau, la mujer que democratizó la economía Harriet Martineau fue una escritora y

¿De qué manera el manejo de las instituciones afecta el contexto social, político y económico en el Perú?

Escrito por Andrea Mendivil, Adriana Torres e Ilenia Ttito Edición a cargo Fiorella Perez El año del bicentenario y su predecesor fueron golpeados fuertemente por el inicio de la pandemia y con ella, la cuarentena absoluta establecida desde el 16 de marzo de 2020. Esto causó una de las caídas del PBI más grandes de la historia peruana, de un 11,1% ese año, debido a la paralización de la producción y, subsecuentemente, un aumento de la pobreza de 9,9% entre 2019 y 2020 (INEI, 2021)           1. Introducción El 28 de julio del 2021, el Perú conmemora el Bicentenario de la Independencia del país proclamado por el general Don José de San Martín, pues se celebran los 200 años de un país libre e independiente. Como se sabe, el Perú ha cambiado con el paso de los años; por esta razón, es importante dar a conocer cuales son los desafíos que presenta el país. Así, los ejes a tratar del Bicentenario son los siguientes: Integridad, igualdad de oportunidades, diálogo y reconciliación, sostenib